A lo largo de 2024 y lo
que va de 2025, Rusia ha logrado incrementar significativamente la producción
de tanques T‑90M “Proryv”, a pesar de fuertes sanciones impuestas por Estados
Unidos y la Unión Europea. Según un informe reciente del Equipo de Inteligencia
de Conflictos (CIT) citado por HuffPost, la fábrica estatal
Uralvagonzavod, ubicada en Nizhny Tagil, ha pasado de producir entre 60–70
tanques anuales en 2022 a cerca de 300 unidades en 2024, operando incluso en
turnos de 24 horas al día. Este esfuerzo ha dado como resultado un total de
entre 540 y 630 T‑90M construidos desde el inicio de la guerra en Ucrania,
aunque actualmente operan entre 410 y 500 debido a pérdidas en combate
Producción versus
pérdidas: un equilibrio frágil
El informe del CIT
destaca las importantes limitaciones derivadas de la escasez de piezas de alta
tecnología, pero subraya que la producción de tanques de especificaciones
“básicas” no se ha visto detenida. Además, datos de Defense Express y The
Defense Post indican que en 2024 se ensamblaron entre 60 y 80 unidades
nuevas, junto con aproximadamente 200 T‑72B3 modernizados, para compensar parte
de las pérdidas de equipamiento más antiguo. Sin embargo, las pérdidas siguen
siendo abrumadoras: más de 3.000 tanques rusos destruidos desde 2022, de los
cuales entre 1.050 y 1.100 solo en 2024. Esto implica que, aunque la producción
se incrementa, no iguala el ritmo de desgaste en el campo de batalla.
Modernización y avances
técnicos en el T‑90M
La versión T‑90M “Proryv”
representa una evolución significativa del tanque T‑90 anterior. Entre las más
de 100 actualizaciones destaca su nuevo cañón liso de 125 mm, blindaje
explosivo Relikt, sistemas contramedidas electrónicas y protección física
contra drones (rejillas y escudos). Además, incorpora un sistema de control de
tiro digital con visor panorámico térmico y capacidad de intercambio de datos
en red en tiempo real. Su motor V‑92S2F de 1.130 hp y protección activa APS
mejoran significativamente su supervivencia y movilidad.
Sanciones versus
resiliencia industrial
Pese a las sanciones
diseñadas para debilitar su industria militar, Uralvagonzavod ha logrado
mantener la línea de ensamblaje del T‑90M mediante:
- Aumento de turnos y personal,
- Sustitución de componentes importados
por alternativos nacionales o de terceros países,
- Y modernización de tanques
previamente almacenados.
Además, en 2024 la
fábrica cumplió su encargo estatal, entregando lotes tanto de T‑90M nuevos como
de T‑72B3 modernizados. El director de Uralvagonzavod confirmó que la capacidad
de producción podía adaptarse rápidamente a las necesidades operacionales.
Implementación táctica:
del desfile al frente de combate
Los tanques T‑90M han
sido desplegados tanto en desfiles oficiales como en combate real. En mayo de
2024 se observó un lote de T‑90M con protección avanzada contra drones antes
del Día de la Victoria. Sin embargo, unidades han sido destruidas en Ucrania
—por ejemplo, en mayo de 2022 un T‑90M fue destruido cerca de Járkov por un misil
antitanque— lo que demuestra que, aun mejorado, sigue siendo vulnerable sin
coordinación táctica adecuada.
Exportación e impacto
geopolítico
En exhibiciones como IDEX
2025 en Abu Dhabi, Rusia promocionó la versión exportable T‑90MS, subrayando la
incorporación de avances blindajes y sistemas EW. Aunque algunos tanques
inicialmente pensados para exportación están siendo redirigidos al conflicto en
Ucrania, el Kremlin continúa buscando abrir mercados en Medio Oriente bajo
esquemas de pago alternativos.
Conclusión
El esfuerzo por impulsar
la producción del T‑90M demuestra la resiliencia del complejo
militar-industrial ruso en medio de sanciones, al mismo tiempo que revela el desequilibrio
entre las pérdidas y la reposición efectiva. A pesar de las mejoras
tecnológicas y el aumento de ensamblaje, la capacidad de reponer y modernizar
sus fuerzas blindadas representa un desafío significativo, en especial en un
contexto de guerra prolongada.
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